El desayuno, primera comida sana
Cuando la luz del sol se apaga, nuestro cuerpo empieza una fase natural de pérdida de facultades como la atención y la capacidad de reflejos. El tono muscular disminuye y lentamente la melatonina empieza a hacer su efecto para llevarnos en brazos de Morfeo al Olympo de los sueños.
La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, cuya secreción se produce durante la
noche, en reacción a la oscuridad, para ayudar a nuestro cuerpo a regular los ciclos de sueño, y disminuye por la mañana. Por la noche es cuando el cuerpo repara todos los tejidos dañados (los niños crecen durmiendo, es por eso duermen más) y el cerebro abre paso al «pelotón de mantenimiento».
También se ha comprobado que el sueño tiene un papel muy importante en el aprendizaje y la memoria. Así que si eres estudiante también es importante que guardes una buena higiene del sueño para que tu rendimiento académico sea óptimo.
Como curiosidad no podemos olvidar que una persona dormida gasta más calorías que sentada viendo la televisión, por ejemplo.
Es importantísimo tener los ciclos sueño-vigilia bien regulados.
Está comprobado que las personas que duermen poso, o su su sueño es de mala calidad, pueden llegar a vivir hasta 5 años menos.
La secreción de melatonina va disminuyendo a medida que envejecemos, razón por la cual los adultos van durmiendo cada vez menos.
Si usted duerme mal o poco, o tiene cualquier problema que le altera el sueño, acuda a un médico especialista. Hay muchas enfermedades asociadas a la calidad del sueño que no tienen una relación clara directa. Nunca se automedique para conciliar el sueño ya que la mayoría de fármacos que existe producen adicción.
Si lo primero que vamos a hacer es una salida en bicicleta, doble razón para cuidar la cuestión del sueño al detalle.
El desayuno
El desayuno es la primera comida tras el sueño nocturno y la más importante para una alimentación saludable.
Tras un sueño apacible y reparador, el cuerpo ha desgastado mucho con los «trabajos de mantenimiento» y necesita energía y proteínas que vuelvan a recargar los depósitos. Un buen desayuno nos brinda el 25% de las calorías totales necesarias para nuestra jornada.
Además, mejora sustancialmente nuestro rendimiento físico e intelectual a lo largo de toda la larga mañana.
Pero existen más ventajas asociadas a un buen desayuno.
Las investigaciones científicas llevadas a cabo en torno a la primer comida del día nos ha brindado una buena cantidad de curiosidades.
Nos hace comer menos.
Un desayuno equilibrado hace que las personas coman mejor y de forma más ordenada. Evita que piquemos a media mañana, lo oque se
llama un tentempié que a la postre suelen ser alimentos hipercalóricos y con pocos nutrientes. Las personas que no comen nada durante la mañana tienden a ser más sedentarios y por ende estamos favoreciendo el sobrepeso.
Desayunar un café, un zumo de limón o una fruta no es alimento suficiente, y no cubre a compensar el gran desgaste físico producido durante el sueño y son los enemigos fundamentales para poder llevar una alimentación saludable y equilibrada.
De este modo llegaremos a la comida del medio día con gran ansiedad, favoreciendo la ingesta copiosa y rápida.
Comer rápido es lo peor que podemos hacer. El sentido de la saciedad reside en un glándula que hay en el cerebro llamada hipófisis.
Ingerir muy rápido provoca que dicha glándula nos de el aviso de saciedad cuando ya hemos ingerido más de lo debido.
Así pues, la primera regla para mantenernos saludables y sanos es comer despacio, salivar bien los alimentos y disfrutando de la comida.
Si estás a dieta desayuna.
Existe la creencia de que comer menos es lo mejor para bajar de peso. Esto es un gran mito que hay que descartar y desterrar para siempre.
En efecto, disminuir el tamaño de las porciones es una de las claves, una cosa muy diferente a saltarnos una comida. Si dejamos de desayunar nuestro organismo llegará a media mañana con un gran vacío y un apetito difícil de saciar.
Des este modo es muy fácil que podamos llegar a la cena con bastante ansiedad por el bajón hipoglucémico.
El resto de la historia es comer una cena muy copiosa repleta de grasas y a continuación acostarnos y resultar imposible conciliar el sueño por la gran pesadez de estómago.
Si terminamos atrapados en este círculo, entonces los problemas de sobrepeso están garantizados.
Reuniones de trabajo más productivas y proactivas
Una encuesta realizada por One Poll señala que las reuniones de trabajo durante el desayuno son más productivas que las reuniones por la tarde. El 67% de los sujetos estaban más predispuestos a estar atentos durante el desayuno. El 60% proponía soluciones y el 50% se mostraba más participativo.
Hace que fumemos menos
Bueno… yo sé que si eres practicante del deporte del pedal estos consejo estás de más. Si es así tómalo como simple información. Estar informado no hace mal a nadie.
Una investigación ligada al consumo de tabaco y publicada en “European Journal of Clinical Investigation” señala que evitar el desayuno incrementa los niveles de ansiedad, cuestión que genera un mayor deseo de fumar.
El síndrome de abstinencia del tabaco tiene como una de sus características, la ansiedad por fumar que produce la adicción a la nicotina. Es un efecto real que en ocasiones se asocia con hambre.
Ambas sensaciones son tan parecidas que la mayoría de fumadores no acierta a discernir entre una y la otra.
Este no es un artículo sobre tabaquismo, pero si eres fumador y te has cansado del círculo vicioso de estar permanentemente enganchado a un paquete de tabaco y a un mechero, te aconsejo la lectura de un libro que ha ayudado a millones de personas a dejar de fumar.
Se llama «Dejar de fumar es fácil si sabes cómo«, del autor norteamericano Allen Carr
Resumen general y últimos consejos
La cuestión es que lo que debemos hacer es una reeducación alimentaria que nos permita llevar una vida plena y saludable de por vida. La clave está en llevar una alimentación saludable. Las dietas hipocalóricas no sirven para adelgazar porque en algún momento hay que dejarlas y entonces volvemos a nuestras antiguas costumbre alimenticias, presisamente las mismas que nos llevaron al estado de sobrepeso que acabamos de dejar.
A esto se les llama dietas yo-yo, pero con la agravante de que en cada dieta nuestro cuerpo se come una pequeña parte de nuestro músculo, el mismo que hacer elevar nuestro metabolismo y por ende, quemar más colorías naturalmente.
A menor muscularidad más posibilidades de sufrir sobrepeso.
Normalmente durante los meses anteriores del verano suele aparecer una o varias «dietas milagro» que te ponen a comer melocotons, alcachofas o cualquier otro producto, y que van en contra del buen sentido común de llevar una alimentación saludable, diversa y variada.
La razón de que cada año aparezcan igual que las flores, es por el simple hecho de que ninguna funciona. Estar a dieta nunca va a funcionar.
Es estúpido esperar resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo año tras año.
Un buen consejo es visitar un nutricionista y seguir con atención sus recomendaciones. Él nos brindará una dieta basada en una alimentación saludable y equilibrada, según la pirámide nutricional mostrada encima. Con un desayuno balanceado, que nos hará bajar de peso y evitará los antojos antes del almuerzo y los ataque de ansiedad nocturnos que nos hace asaltar el frigorífico justo en el momento en que menos necesitamos la comida con altas calorías, las que más nos gustan.
El abandono de las llamadas «comida basura» o «comidas chatarra» es fundamental para que los consejos aquí expresados produzcan un resultado duradero.
Tampoco debemos olvidar que todo plan para llevar una alimentación saludable no puede faltar el ejercicio físico adecuado a la edad, sexo, estado de forma y objetivos.